El tramo de Costanera que se extiende desde Martínez de Rosas hasta Roble Huacho ha sido por largos años un reflejo del descuido y la problemática social que enfrenta la ciudad de Panguipulli. Conocido por algunos como el «jamaica panguipullense», este sector ha acumulado a lo largo de 16 años un creciente basural, donde se han registrado no solo actos de vandalismo y consumo de drogas, sino también muertes de personas que han sembrado el temor entre los habitantes de la zona.
A pesar de las urgentes necesidades de limpieza y rehabilitación, la intervención de este lugar ha sido limitada por la protección ambiental, ya que se encuentra al borde del humedal Bahía Panguipulli y está sujeto a la legislación que protege estos ecosistemas.
La Promesa de Transformación
La situación ha generado un anhelo colectivo en la comunidad por la habilitación de una costanera segura, con espacios públicos para disfrutar del entorno natural, como mesas y sillas, que permitan a los vecinos caminar y recorrer la zona sin miedo. El actual Alcalde, Rodrigo Valdivia, ha prometido abordar esta problemática, desafiando las críticas que ha recibido de ambientalistas y cuentas irregulares en redes sociales que cuestionan su plan de intervención.
Una promesa de diferentes administraciones municipales no concretadas, sin embargo, desde el inicio de su mandato, Rodrigo Valdivia ha estado en el centro del debate, ya que sus promesas de limpieza resonaron con fuerza siendo apoyado por los vecinos y criticado por activistas. Sin embargo, el camino hacia la reactivación del humedal ha sido complicado. La situación se ha agravado con la acumulación de residuos, electrodomésticos, colchones bolsas llenas de basuras, escombros, y sustancias químicas arrojadas al principal estero y que llega al humedal por distintas personas que incluso, lavan autos y buses en calles colindantes, además por empresas como Suralis, que han sido criticadas por verter aguas servidas sin control bajo las lluvias.
Un Cambio en Marcha
El 21 de marzo marcó un hito significativo en este proceso. Con el respaldo de vistos buenos de instituciones como Conaf y la colaboración de estudiantes y equipos municipales, el municipio, liderado por Valdivia, inició la limpieza de la zona. Sin embargo, la intervención se ha diseñado para no afectar el sector del humedal, con el objetivo de restaurar la vida natural en el ecosistema, mientras se podan áreas invadidas por maleza y especies como los sauces, que han favorecido la delincuencia y el consumo de drogas y alcohol.
La respuesta de la comunidad ha sido casi unánime; miles de vecinos han expresado su agradecimiento por esta intervención que se espera dure varias semanas. No obstante, los ojos vigilantes de sus detractores aún están presentes, cuestionando la viabilidad y el impacto de estas acciones en el futuro del humedal.
Un Futuro Turístico
Pese a los desafíos, este proyecto promete cambiar el panorama de la avenida Costanera Roberto Bravo y el tramo en cuestión, apuntando hacia una visión turística que beneficie a toda la comunidad. La mejora de otros tramos de la costanera ya se ha concretado, y se espera que se inicie pronto la transformación de la playa grande potenciando un nuevo y moderno desarrollo turístico local.
Los grandes cambios están en camino en Panguipulli. Con un enfoque renovado en la recuperación ambiental y la seguridad de sus ciudadanos, este esfuerzo conjunto entre el municipio, la comunidad y diversas entidades podría sentar las bases para un futuro más seguro y vibrante, donde la belleza natural del Destino Siete Lagos y el bienestar social caminen de la mano. Desde un sitio eriazo por años a una moderna costanera, la historia del nuevo tramo Roble Huacho y el humedal Bahía Panguipulli está por concretarse en su totalidad.